Investigación: Cada producto fué concebido para cubrir una necesidad específica de los usuarios. Fué analizado el mercado que ya consumía los productos y se estudió que sería la imagen que los identificara a través del diseño de cada marca plasmada en los productos.

Diseño visual: La calidad de los diseños fué clave para brindar un producto duradero, de diseño original y que superara las expectativas tanto del mercado ya existente como producto emergente.

Pruebas / Iteración: Se fabricaron muestras físicas para realizar pruebas con los usuarios. Su feedback nos ayudó a mejorar no solo el producto, el packaging y toda la experiencia de compra tanto personal como en línea. Hubo diseños que no “fascinaron” al usuario; por lo que fué necesario iterar y hasta a veces rediseñar todo un producto desde su proceso de fabricación e insumos. Cada feedback nos acercó más al usuario para generar una marca permanente con diseño de experiencia.

Producción y venta: Al determinar el potencial de los productos, las marcas nos exigieron escalar la producción y nos ayudó a determinar el nivel de escalabilidad que se podría crear sin demeritar la calidad de los productos. Lo cual siempre es lo más importante. Tiempo y forma.